miércoles, 7 de julio de 2010

El inicio...

Comenzamos el proyecto en Marzo 2009

Decidimos empezar un proyecto de huerta urbana familiar en nuestra azotea. No teníamos nada de experiencia y muchas cosas no nos salieron como deseábamos. Pero hemos aprendido muchas cosas en la marcha y con este blog queremos compartirlas con quien guste leerlas. A pesar de los errores y tropiezos el trabajo ha sido muy divertido.

Primer problema: LA TIERRA

En nuestro primer intento, compramos constales de tierra en Xochimilco y preocupadas porque pudiera estar llena de microbios e insectos, como ya nos había pasado antes, decidímos ponerla a calentar en charolas y en una tina de metal. La idea era matar cualquier "plaga" que pudieran venir en la tierra.



El primer intento consitió en "tostar" la tierra en una charola. fue muy tardado y creo que la mitad de la tierra voló al infinito y más allá. Al calentarla la tierra se hizo muy fina, casi como ceniza.



El segundo intento con la tierra consistió en ponerla en una tina de metal y "cocinarla" por un largo tiempo, volteándola periódicamente y poniéndole brazas encendidas por encima como toque final. Esto fue mucho menos tardado y se perdió mucha menos tierra por el movimiento entre contenedores. Al día siguiente la humedecimos y dejamos que pasara una semana antes de utilizarla para sembrar no sin antes humedecerla totalmente de nuevo.



Tratamos de que la tierra estuviera muy húmeda y suelta al sembrar. Sin embargo uno de los problemas de nuestra "super tierra" cocida es que quedó muy fina y eso hizo que se apelmazara mucho. Esto fue un problema porque las plantas se tardaron mucho en germinar y no se desarrollaron como debían.

Nos pusimos a estudiar un poco algunos manuales de agricultura urbana. Recibimos buenos consejos de Don Francisco, un agricultor orgánico del Ajusco y fuimos a un curso muy recomendable en la hierbabuena urbana http://www.hierbabuenaurbana.org/.

Después de todo esto aprendimos que para las azoteas verdes la tierra negra no es muy recomendable. Son mejores las mezclas de sustratos con mucha materia orgánica y compostas. Así se tiene mayor capacidad de almacenar agua y nutrientes que con tierra. Esto es importante ya que la falta de espacio y de terreno en una azotea hace que las plantas tengan poca profundidad para que las raíces busquen el alimento. Además el sustrato orgánico pesa hasta tres veces menos que la tierra normal y, por lo tanto, la carga para la azotea es menor.

Compramos un costal de hojas que es materia orgánica y por lo tanto aporta nuetrientes, además favorece a que el sustrato este suelto y con mucho aire para las raices. Sin embargo no retiene mucha agua.
Por eso tambien compramos un costal de perlita expandida, que es un mineral horneado que retiene y absorbe muchísima agua, favorese a la soltura del sustrato y es muy muy ligera. Tenemos dudas de qué tanto daño al ambiente implica la extracción de este mineral el cual está muy asociado al acero.
También compramos fibra de coco molido que tiene propiedades parecidas pues absorve y retiene muy bien el agua y además le da soltura al sustrato.




Con éstos hicimos una mezcla de 10 medidas de hoja, 4 de perlita, 4 de coco.
Todavía nos falta añadirle la composta. Compraremos composta de gallinaza, borrego y paja. Además intentaremos comenzar nuestra propia lombricomposta para incorporarla a la mezcla.
Utilizaremos estas mezclas para sembrar y ya les contaremos como nos fue...